sábado, 17 de julio de 2010

El arte hecho cerámica.

El pasado día 15 de julio, en las vísperas del día del Carmen, el Arzobispo de Sevilla, Monseñor Asenjo, bendijo un nuevo Retablo cerámico ubicado en la entrada de la Iglesia Conventual del Santo Ángel, hogar de la Comunidad de Carmelitas Descalzos de Sevilla y de la Archicofradía de Ntra. Señora del Carmen.

El nuevo Retablo tiene como finalidad la expresión pública del hermanamiento entre la Hermandad de la Estrella y la Comunidad de Carmelitas Descalzos, cuyo Prior, D. Juan Dobado, es el director espiritual de la mencionada Hermandad. En el cuadro, manifestando el hermanamiento entre las dos entidades, aparece representada la imagen de María Stma. de la Estrella en el monte Calvario, ataviada con vestiduras de mujer y con los colores carmelitas (hábito marrón y velo “blanco roto”), pero cubriendo uno de sus hombros con un manto azul que representa el color corporativo de la Hermandad.

El autor del Retablo, el pintor ceramista Ángel Lora, ha tenido en cuenta el declarado deseo del Padre Juan Dobado, quien propuso que la obra se separase de los Retablos cerámicos devocionales habituales en Sevilla, los cuales suelen representar a las Dolorosas vestidas de Reina, del modo en que procesionan en Semana Santa. En esta ocasión el pintor ha decidido representar a María Stma. de la Estrella como madre en actitud doliente por la muerte de su hijo, dando la espalda al monte Calvario y alejándose del mismo, en soledad.

La valentía del autor de la obra es patente, ya que muestra la humanidad de la Virgen, sin símbolos de santidad, puesto que el mero hecho de ser la Madre de Dios, de aceptar voluntariamente esa maternidad que le vino dada por el Espíritu Santo, le proporciona su Divinidad. Es por ello que se presenta a María, la Madre de Dios, con el rostro roto de dolor por el martirio al que fue sometido su Hijo y su posterior muerte en la cruz, dolor que es magistralmente expresado en el rostro de María Stma. de la Estrella (para la muchos, la mejor dolorosa del Barroco). Es el dolor de una madre, de la Madre de Cristo.

El cuadro es una verdadera obra de arte hecha cerámica. Goza de una gran calidad pictórica, evidenciada en los colores y las luces correctamente valorados, así como en la frescura de su pincelada (el velo y el cabello son impresionantes). Por otra parte, la elección de la ropa (inspirada en la Coronación de la Virgen de Velázquez), la estética, el paisaje que ha plasmado como fondo (es la primera vez que aparece en su obra), los colores apagados poco comunes en la cerámica, así como la ausencia de cenefa y de colores brillantes que se asemejen a los dorados, siendo la obra únicamente enmarcada por unas molduras con reflejos de cobre, dejan patente, una vez más, la elegancia que el autor plasma en todos sus cuadros.

2 comentarios:

  1. Entender,no entiendo ni media papa.Pero a simple vista es precioso,Gracias por el apunte para los que somos neófitos en la materia.

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  2. Perdona, Paco, por la tardanza en publicar tu comentario....ya se sabe, el mes de agosto es complicado para todos ;)

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